miércoles, 23 de enero de 2008

Pros y contras

Como buena friki de Friends, utilizaré un acontecimiento de la serie para comentar algo: la famosa lista que Ross hizo sobre Rachel.
Los que hayáis visto la serie sabréis a lo que me refiero; a todos los demás os pongo en antecedentes. Chico (Ross) tiene que elegir entre dos chicas: su novia y otra chica (Rachel) que se le declara. Para tomar esta decisión elabora una lista con los pros y contras de cada una de ellas.

Dejando de lado el argumento de la serie y las decisiones tomadas por los personajes, a consecuencia de ésta, quería reflexionar acerca de lo que denominaremos La Lista.

Hacer un balance sobre los aspectos positivos y negativos de algo es una técnica eficaz en la toma de decisiones, pero tal vez demasiado racional para una decisión en lo que a amor se refiere ¿o no lo es?

¿Está bien hacer Listas en el amor? ¿Deberíamos renunciar a lo racional en favor de lo emocional, de lo instintivo? ¿O de una forma u otra siempre acudimos a este tipo de toma de decisiones?

Por un lado, y apoyándome de nuevo en la serie, poner en una lista todos los defectos de alguien, acudir probablemente a sus inseguridades y complejos para utilizarlos como argumento en contra de una posible relación con él o ella...parece, cuanto menos, de ser algo canalla.
Pero, por otro lado, las incompatibilidades entre dos personas suelen acarrear graves problemas. Y conocer, de antemano, que éstas existen, parece ser la crónica de un fracaso anunciado.

Desde determinado punto de vista, las estadísticas y estudios parecen indicar que las parejas que se forman en agencias matrimoniales e intermediarios similares son más duraderas y con más éxito, como media, que las que componían la muestra de las consideradas “por métodos convencionales”. De esto podemos extraer que la elección racional aunque menos romántica es muy efectiva.
Desde el contrario, el romanticismo nos ha inculcado una concepción de amor y de relación más emocional, más entrañable, más subjetiva que objetiva.

Por un lado, parece muy frío juzgar a alguien en función de sus aptitudes, para dedicir si concederle el “puesto” de pareja, cual director de selección de personal privado y personal. Pero, ¿no es posible que ya lo estamos haciendo?

Mi intención está lejos de defender una postura u otra. Quienes me conocen, saben que si con algo soy crítica, es con las actitudes radicales. No me atrevería a decir si las Listas son buenas o malas; o si son justas o injustas. No lo se. Y, sinceramente, dudo que alguien puede aseverarlo.

Las historias románticas de príncipes azules nos enseñaron y las películas y seriales nos confirmaron que el amor es algo incondicional. Que el amor es querer a la persona íntegra y globalmente, con sus virtudes y sus defectos...No hacerlo parece considerarse como signo de la incapacidad o el no saber amar.
De nuevo hablamos de matices. Roncar, ser tozudo o la impuntualidad son defectos para muchas personas. Pero, posiblemente, superables. Tener una concepción de la vida y el trabajo diferente a la tuya o haber creado expectativas opuestas sobre el futuro, pueden ser palabras mayores.
Cuando elegimos romper una relación hablamos de esas incompatibilidades, hablamos de necesidades insatisfechas, de emociones perdidas, de deseos diferentes o de evolución por caminos divergentes. ¿No es ésta un forma “subjetivizada” para encubrir consciente o inconscientemente una toma de decisión racional? Tal vez la señal de aviso haya sido un malestar emocional...tal vez una es causa y otra consecuencia o tal vez todo esté tan intrínsecamente relacionado que no exista la una sin la otra.

VIVIR EN EL 2008 IMPLICA QUE...

1. Accidentalmente tecleas tu password en el microondas.

2. No has jugado solitarios con cartas verdaderas en años.

3. Tienes una lista de 15 números telefónicos para ubicar a tu familia de sólo 3 miembros.

4. Le envías un e-mail a la persona que se sienta junto a ti.

5. La razón que tienes para no estar en contacto con tu familia es por que no tienen correo electrónico.

6. Te vas a casa después de un largo día de trabajo y cuando suena el timbre de tu teléfono fijo, te preguntas que te querrán vender, porque ninguno de tus amigos lo usa ya (eso si es que tienes teléfono fijo)

7. Cuando haces llamadas telefónicas desde tu casa, marcas el '0' para que te de línea.

8. Has estado sentado en el mismo escritorio cuatro años y has trabajado para 3 empresas distintas. O bien has estado en edificios de 4 compañías diferentes y tú siempre trabajabas para la misma.

10. Tu jefe no tiene la habilidad para hacer tu trabajo.

11. Cuando llegas a casa de alguien no le llamas al telefonillo, sino que le haces una llamada perdida para que baje

12. No tienes suficientes enchufes en casa para todos tus aparatos electrónicos. Si pones a cargar el móvil tienes que quita el cargador de pilas, el MP3/4 o la Palm.

13. Salir de tu casa sin móvil, el cual no has tenido los primeros 20, 30 o hasta 60 años de tu vida, te hace entrar en pánico y regresas a por él.

14. Te levantas por la mañana y te conectas a Internet a leer el periódico en la red o tu correo antes de tomar tu café.

15. Ntnds msjs cm st.

16. Estás mirando alrededor para asegurarte de que nadie te ve que estas sonriendo enfrente de tu PC.

17. Estás leyendo esto y te estas riendo.

18. Peor que eso, ya sabes perfectamente a quien le vas a enviar este correo.

19. Estás tan distraído leyendo que no te fijaste que faltó el número 9 >en esta lista.

20. Y ahora acabas de comprobar que efectivamente no está el número 9.

21. Y ahora te estas riendo de ti mismo, de tu propia caricatura.

22. inmediatamente te pones a enviar este e-mail aunque sea al de al lado.

viernes, 18 de enero de 2008

El efecto halo

El efecto halo es un clásico de la psicología y se refiere a cómo la evaluación que hacemos de una persona está influenciada por juicios previos, de los que a veces ni siquiera tenemos noticia.

Un ejemplo típico es considerar que una persona bella, además es talentosa o inteligente o la inversa, que un hombre feo por eso es malo o peligroso. Pero lo más curioso de este efecto es que es difícil de modificar, aún cuando se presenta evidencia contraria al juicio realizado.


Al respecto de este tema es muy interesante el estudio realizado por Nisbett y Willson. Éstos investigadores llevaron a cabo el siguiente experimento: Tomaron dos grupos de sujetos -alumnos de la universidad- y a cada uno le mostraron un video de un profesor en una clase. El profesor era el mismo en los dos videos, y llevaba un fuerte acento Belga, pero en cada video se comportaba en forma diferente: en uno era amable y tranquilo al responder las preguntas de los estudiantes y en el otro era autoritario y mandón. Un grupo sólo vio al personaje “bueno”, y el otro sólo vio al personaje “malo”. Una vez que cada grupo vio el video correspondiente, se les pidió que evaluasen el atractivo físico del profesor. Por supuesto, el grupo que vio el video del “buen” profesor lo clasifico como más atractivo (incluso el acento como más encantador) que el grupo que vio el video del profesor malo. Esto confirmaba para los investigadores la presencia del efecto halo en el juicio que hacían los sujetos del profesor, pero la novedad que vino a agregar el estudio es que cuando se le sugirió a los sujetos que quizás su evaluación del atractivo físico estaba influenciada por la forma de comportarse del profesor, se rehusaron a sopesar esto y continuaron convencidos de que su juicio había sido emitido con objetividad...


Esto demuestra lo poco que sabemos sobre aquello que influencia nuestra evaluación de las personas y del mundo, aun cuando creemos hacer juicios de valor objetivos, y cuán reluctantes nos mostramos a cambiar nuestra forma de pensar.

Aprovechando los conocimientos sobre la mente humana, estos fenómenos son utilizados en diversos ámbitos, como la publicidad. Que salgan modelos estupendos no es por el mero disfrute del espectador. Se buscarán las características determinadas que se deseen se "transladen" al producto: belleza, atractivo, seguridad...

Se ha estudiado también en los juicios con jurado, para saber cómo presentar al acusado para que los miembros de éste le juzguen favorablemente.

Sin embargo, más allá del ámbito de estudio o su aplicación comercial, el efecto halo también es un importante objeto de reflexión sobre nuestro comportamiento "de-andar-por-casa".

Hay personas que dicen eso de "se me da muy bien catar a la gente con un solo vistazo" o "se le ve de lejos"...

Más allá de los estereotipos, que también nos influyen mucho, ¿juzgamos a la gente a partir de un solo rasgo, generalizándolo a otros ámbitos?


Para con nosotros, nuestro comportamiento siempre es situacional, es decir, condicionado a los factores externos. Actuamos de una determinada manera porque las circustancias lo requerían así. Cuando juzgamos a otros, habitualmente inferimos factores internos: actúa así porque es así. Este otro efecto, relacionado con el efecto halo, nos llevan a generar "teorías" sobre alguien, sobre su personalidad; que resultan muy difíciles de cambiar.


Así que, antes de categorizar a alguien como antipático, maleducado, soso, estúpido o demás lindeces que creemos tenemos derecho a opinar sobre alguien, sería bueno tratar de analizar los motivos que nos han conducido a configurar esa opinión; si las premisas que nos llevan a esa conclusión son verdaderas o falsas o asegurarnos de que al concluir no hemos comitido algún fallo "lógico"...

miércoles, 16 de enero de 2008

La proporción áurea

Continuando con la entrada de la sucesión de Fibonacci, esta vez hablaremos de la proporción áurea.
Se trata de la división armónica de una recta en media y extrema razón. Es decir que el segmento menor, es al segmento mayor, como éste es a la totalidad de la recta. O cortar una línea en dos partes desiguales de manera que el segmento mayor sea a toda la línea, como el menor es al mayor.

La proporción áurea está estrechamente ligada a ø , el llamado "número dorado" o "sección áurea" (1.618034...) número irracional que ha regido los cánones estéticos occidentales desde tiempos de la Grecia clásica. A este número se le ha pretendido atribuir un sinfín de propiedades místicas y esotéricas por la gran frecuencia con que aparece asociado a la estética e incluso a cuestiones biológicas o físicas.



Así podemos hallar, por ejemplo, altares y templos hindúes elaborados de acuerdo a estrictas reglas matemáticas que determinaban el número de ladrillos con los que se debían construir o la forma en que debían acomodarse. O pirámides en el antiguo Egipto construidas de acuerdo a proporciones matemáticas.
En la antigua Grecia se utilizó para establecer las proporciones de los templos, tanto en su planta como en sus fachadas. En el Partenón, Fidias también lo aplicó en la composición de las esculturas.


Los artistas de Renacimiento utilizaron la sección áurea en múltiples ocasiones tanto en pintura, escultura como arquitectura para lograr el equilibrio y la belleza. Leonardo da Vinci, por ejemplo, la utilizó para definir todas las proporciones fundamentales en su pintura. La última cena, desde las dimensiones de la mesa, hasta la disposición de Cristo y los discípulos sentados, así como las proporciones de las paredes y ventanas al fondo.
Leonardo da Vinci, en su cuadro de la Gioconda (o Mona Lisa) utilizó rectángulos áureos para plasmar el rostro de Mona Lisa..

El astrónomo Johannes Kepler, descubridor de la naturaleza elíptica de las órbitas de los planetas alrededor del Sol, mencionó también la divina proporción.

Hoy en día la sección áurea se puede ver en multitud de diseños. El más conocido y difundido sería la medida de las tarjetas de crédito, la cual también sigue dicho patrón, así como nuestro carné de identidad y también en las cajetillas de cigarrillos.
En la arquitectura moderna sigue usándose; por ejemplo, está presente en el conocido edificio de la ONU en Nueva York, el cual no es más que un gran prisma rectangular cuya cara mayor sigue las citadas proporciones.

Autores como Bártok, Messiaen y Stockhausen, entre otros, compusieron obras cuyas unidades formales se relacionan (a propósito) con la sección áurea.
En el cuerpo humano, los ventrículos del corazón recuperan su posición de partida en el punto del ciclo rítmico cardiaco equivalente a la Sección Áurea. El rostro humano incorpora este ratio a sus proporciones. Si se divide el grado de inclinación de una espiral de ADN o de la concha de un molusco por sus respectivos diámetros, se obtiene la Sección Áurea. Y si se mira la forma en que crecen las hojas de la rama de una planta, se puede ver que cada una crece en un ángulo diferente respecto a la de debajo. El ángulo más común entre hojas sucesivas está directamente relacionado con la Sección Áurea.

Pero, tratando de contestar a la pregunta de Coyote sobre por qué esta proporción nos sugiere armonía, he indagado un poco sobre las reflexiones que los expertos han llevado a cabo sobre el tema.
Sin poder responder con exactitud a esta cuestión, casi todos los que se sumergieron en el estudio de la proporción áurea están de acuerdo en que el orden es y ha sido algo indispensable para el ser humano. Desde los albores de la humanidad, nuestra especie ha dependido de su capacidad para establecer o encontrar un orden dentro de la naturaleza para poder sobrevivir. Sin un orden en su entorno, nuestros antepasados hubieran sido incapaces de establecer de forma rápida los lugares que les podían servir de abrigo, los que eran peligrosos, los que escondían presas para el sustento de sus tribus primigenias. Sin este orden tampoco hubieran podido conocer las plantas que podían comer y las que no, los momentos que eran propicios para cazar o cuando tenían que migrar en busca de nuevo sustento.Conforme el hombre fue evolucionando, y en la medida en que su cultura se fue haciendo cada vez más y más compleja, el orden dentro de la vida del ser humano se hizo también más difícil de establecer y mantener. Aun así, siempre ha habido entre nosotros ese anhelo de poder encontrar en nuestro medio, cada día más enmarañado, un orden que permita simplificar nuestra existencia y devolvernos un poco de esa paz que creemos perdida.

lunes, 14 de enero de 2008

El pasado y otros temas peliagudos


Contarle a alguien que la cicatriz de que tenemos en la rodilla es de una caída con la bici a los 8 años es una cosa, pero hablar de humillaciones pasadas, fracasos estrepitosos, decepciones y rupturas es otra muy distinta...

Así pues, la pregunta de esta semana es: ¿Nos cuesta “desnudar” nuestro pasado ante nuevas relaciones?

Una de las ventajas que tiene conservar a las amigas de la infancia es que no tienes que ponerlas al día de las vicisitudes de tu vida y sobre todo de tus trapos sucios...ya están al corriente de todos ellos.

En las primeras etapas de cualquier tipo de relación, tarde o temprano, se llega a una fase de autodesvelamiento. Incómodo algunas veces, gratificante otras y necesario siempre; el proceso de darse a conocer requiere de altas dosis de confianza, seguridad y reciprocidad. Pero a veces no es tan sencillo.

La ruptura del caparazón que a menudo nos envuelve en las nuevas relaciones (y en algunas no tan nuevas) no se romperá gratuitamente. Dejaremos que otra persona lo perfore sólo si nos permite hacer lo mismo.

Pero a veces, uno desea mostrar más que el otro; a veces incluso lo necesita...y resulta doloroso y desconcertante no poder atravesar el muro que el otro construye para protegerse.
Otras veces, el muro lo ponemos nosotros...Pero ¿por qué lo hacemos?
¿Nos protegemos del posible futuro daño asegurandonos de que nuestras flaquezas no salgan a la luz? ¿Es una cuestión de no sentirnos vulnerables?

Tal vez se trate de un simple instinto de supervivencia. Tal vez mostramos a los demás nuestra parte fuerte y sin fisuras, porque presuponemos que si ven nuestro talón de Aquiles, lo aprovecharán para derrocarnos.

Es posible que tengamos experiencias que nos aleccionaron en el juego de las "máscaras". Está claro que en muchos ámbitos, las relaciones funcionan según un principio de complementariedad, de forma que una posición de debilidad provoca inevitablemente una posición dominante.
Quizá por eso actuamos así. Tal vez extrapolamos este principio a las relaciones de pareja o amistad; relaciones más profundas y más íntimas.
Es por eso que creo que esto merece una reflexión. ¿Estamos malogrando las relaciones íntimas por una lucha por el poder que no tiene sentido en éstas? ¿Primamos el conservar una posición dominante en relaciones que muy por el contrario, requieren una atmósfera de igualdad y seguridad?

En mi opinión, una relación significativa, de compromiso compartido pasa necesariamente por el tan temido autodesvelamiento. Y éste se consigue satisfactoriamente cuando se experimenta en la relación el sentimiento de seguridad.
Y al hablar de seguridad no me refiero a sentir que la otra persona no va a irse o que va a protegerte de las adversidades.
Hablo de la seguridad entendida como el privilegio de mostrarse desprotegido ante alguien, con la completa convicción de que no va a suscitar en aquel una reacción de fuerza.

domingo, 13 de enero de 2008

La sucesion de Fibonacci


Más allá de lo que os suene a los frikis de Prison Break, la sucesión de Fibonacci es una secuencia de números enteros descubierta por matemáticos hindúes hacia el año 1135 y descrita por primera vez en europa gracias a Fibonacci (Leonardo de Pisa). La sucesión se describe de la forma sigueinte:F(0) = 0;F(1) = 1;F(n) = F(n-1) + F(n-2)Lo que da la recurrencia siguiente:0 1 1 2 3 5 8 13 21 34 55 89 144 233 377 610 987 1597Aparte de que esta sucesión tiene varias propiedades interesantes, como que se puede formar cualquier número natural mediante la suma de términos de la sucesión, sin que ninguno se repita, lo más curioso de esta sucesión es su presencia en la naturaleza. La sucesión de Fibonacci está muy ligado a la vida y estos hechos lo demuestran:Los machos de una colmena de abejas tienen un árbol genealógico que cumple con esta sucesión. El hecho es que los zánganos, el macho de la abeja, no tiene padre (1), pero sí que tiene una madre (1, 1), dos abuelos, que son los padres de la reina (1, 1, 2), tres bisabuelos, ya que el padre de la reina no tiene padre (1, 1, 2, 3), cinco tatarabuelos (1, 1, 2, 3, 5), ocho tataratatarabuelos (1, 1, 2, 3, 5, 8) y así sucesivamente, cumpliendo con la sucesión de Fibonacci.En la mano humana también se encuentra esta recurrencia, la longitud del metacarpo es la suma de las dos falanges proximales y la longitud de la primera falange es la suma de las dos falanges distales.El número de pétalos de una flor es generalmente un término de Fibonacci. Hay flores con 2 pétalos, 3, 5, 8, 13, 21, 34, pero muy rara vez es un número que no esté en esta sucesión.En la relación entre la altura de un ser humano y la altura de su ombligo.En las espirales de los girasoles.En las espirales de las piñas.La relación entre la altura de la cadera y la altura de la rodilla.Y en muchos lugares más.

CAN

Esta historia es de un padre Australiano que realizaba año a año el Ironman de Australia, y su mayor ilusión era competir al lado de su hijo, el cual - y por desgracia -nació con parálisis cerebral.
El Australiano nunca vio la situación de su hijo como obstáculo y entrenó muy duro- junto con su hijo - durante varios años.
El australiano de aproximadamente 60 años inscribió a su hijo y a él mismo al Ironman de Australia. Esta es una prueba para gente preparada. Terminar el circuito es algo realmente fuera de lo común.
La prueba esta compuesta de tres partes comenzando casi siempre al amanecer:
1.- Nadar en el mar, o lago un tramo de 4 kms (con el frío de la mañana).
2.- Al salir del agua, recorrer en bicicleta un trayecto de 180kms ininterrumpidos, con subidas y bajadas muy pesadas.
3.- Terminando la ruta de bicicleta, se concluye la prueba con un maratón de 42.5 kms, una prueba extremadamente agotadora tanto física como mentalmente.


sábado, 12 de enero de 2008

La curiosidad mató al gato


Estás en una cafetería con tu pareja. Recibe un mensaje. Lo lee. Sonríe. Deja el móvil en la mesa y se vuelve hacia ti, retomando la conversación donde lo dejasteis antes de la interrupción. Esperas unos segundos para ver si toma la iniciativa de compartir contigo tan graciosa novedad. No lo hace. Te impacientas y, aparentando despreocupación, le preguntas quién era. Te dice que nadie.
A los 10 minutos se levanta para ir al baño y te deja sola con su móvil, desprotegido, sobre la mesa...

Quien diga que no siente el impulso de mirar el móvil, quien diga que no siente curiosidad, miente.

Y es que la curiosidad es algo inherente al ser humano. Pero ¿dónde acaba la sana curiosidad y empieza la paranoia?

Si alguien "inspecciona" sin ánimo de encontrar algo concreto, habitualmente lo entendemos como cotillear. Si miramos las fotos, la agenda o el bolso de nuestro "objetivo".

Si se tiene una sospecha de algo malo, como adicciones, enfermedad o problemas de diversa índole (especialmente en la relación padre-adolescente) se concibe no sólo como algo lícito, sino alabable. Se considera que se hace por preocupación, por el bien del espiado.
Si la búsqueda es específica, en otro ámbito, el asunto se complica. Si espiamos a la pareja, el asunto se enturbia, porque normalmente no buscamos indicadores de cuánto nos quiere...sino algo que nos demuestre que está siendo infiel, que nos miente saliendo de juerga cada día tras dejarte en la cama o que ama profundamente y en secreto a su ex...En principio cualquiera diríamos que ahí está la paranoia...

¿Pero la línea está tan clara? ¿Así de fácil podemos juzgar si está bien, mal o regular espiar y rebuscar entre las cosas de otra persona?
La intimidad es algo tan delicado que se corrompe casi con nombrarla. Registrar en el cajón de los calcetines puede ser muchas veces una ofensa mayor que leer el diario personal de un adolescente. Pero ¿cómo podemos valorar eso? ¿La intromisión en la intimidad se valora por el resultado de la inspección? Si no hay nada que esconder ¿no se comete delito al buscarlo? ¿Hasta dónde debemos tomarnos la confianza de mirar?
Leer la correspondencia (ordinaria o electrónica) o el allanamiento son actos claramente invasivos (incluso delictivos) pero, otros son susceptibles de debate. Coger el bolso de alguien para buscarle la cartera; mirar las fotos del móvil o la cámara; incluso mirar los libros que está leyendo...pueden ser actos inocentes para algunos y una intromisión tremenda en la intimidad para otros.

Ésta como otras situaciones, es una cuestión de límites. Y los límites en una relación los ponen las personas que interactúan en ella. Una vez puestos, se firma un compromiso tácito de no sobrepasarlo...Los problemas aparecen cuando una de las partes se siente en la necesidad o en el derecho de romper las reglas. La relación puede convertirse en una dinámica de indago-oculto cosas; un tira y afloja en el que habitualmente no gana nadie...y es que la curiosidad sigue matando al gato...

viernes, 11 de enero de 2008

Trastornos psicopatológicos curiosos: Sindrome de la Tourette

El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico caracterizado por movimientos repetitivos, estereotipados e involuntarios y la emisión de sonidos vocales llamados tics. El trastorno lleva el nombre del doctor Georges Pilles de la Tourette, neurólogo pionero francés quien en 1885 diagnosticó la enfermedad en una noble francesa de 86 años.
Generalmente los primeros síntomas suelen consistir en tics en la cara, normalamente parpadeo. Con el tiempo, aparecen otros tics motores, como movimientos en el cuello, patadas, etc.
A menudo emiten sonidos, palabras o frases ininteligibles. En ocasiones gritan obscenidades de forma involuntaria (coprolalia) o repiten constantemente las palabras de los demás (ecolalia). También puede haber conductas auto rutilantes, como morderse los labios o golpearse la cabeza.




Aspectos cómicos de la escena aparte, lo que se muestra es el síntoma de Coprolalia, la necesidad y/o compulsión de decir obscenidades. Sin saber exactamente cuál es el origen de esto, es una de las manifestaciones más incómodas del trastorno junto con los tics, en ocasiones tan violentos que llegan a provocar lesiones.
La coprolalia sin embargo, repercute en la vida y ajuste social de los enfermos. Teniendo en cuenta, además, que es un trastorno eminentemente infantil, los pobres niños pasan el inicio del trastorno calificados de maleducados y castigados sin tener culpa alguna...

miércoles, 9 de enero de 2008

Dime qué música escuchas...


...y me dirás quién soy??

¿Acaso soy tan predecible y predeterminada que conociendo un rasgo (si el tipo de música que escucho se puede considerar tal) puedes saber cómo soy?

Ya, ya se que no somos estúpidos y que tenemos más que superados los tests de la Superpop, pero más allá del artículo chorra de la revista de quinceañeras, ¿juzgamos a alguien por algo tan simple como la música que escucha?


Si nos encontráramos en una fiesta -o "reunión de amigos"- en la que se estuviera charlando sobre gustos musicales, probablemente la conversación giraría en torno a cantautores o sobre lo profundo de cierto tipo de canciones-pemas de nosequién y su guitarra. También se puede ser un adicto al rock (duro o suave, pero extrangero, siempre extrangero...) y tampoco pasa nada...pero os propongo un experimento: cuando esteis inmersos en una de estas conversaciones, observad la cara de los contertulios al decir "a mi quién realmente me apasiona es Bustamante".


Chistes aparte (por lo del experimento, no por lo de Bustamante), quiero reivindicar otro derecho: el derecho a que a uno le guste la música que le de la real gana sin que por ello se le juzgue bien o mal...


Hoy parece que el hecho de que te guste la música pop es casi un delito. Escuchar artistas "poperos" es signo y síntoma de mediocridad y posiblemente también de incultura (musical y, extrapolando, de toda en general). Si estos cantantes/grupos son españoles, pues mucho peor (es algo más cercano aún a la que podemos llamar la "plebe acústica") y si ya han salido de un concurso tipo factor x, operación triunfo o subete-aquí-y-canta, pues despídete-y-vete, porque no puedes caer más bajo...

Aquí lo que se estila es, una de tres:

1. Ser un friki completo y escuchar música en polaco o chino mandarín...parece ser que eso es tan raro que los eruditos de la música son benevolentes contigo por eso de que ya tienes bastante con lo que tienes...

2. Que te gusten los cantautores. Signifique lo que signifique esto. Porque digo yo, si es alguien que compone y canta sus propias canciones, entonces, ¿Opá es cantautor? y por lo que tengo entendido, Merche, la de "una de cal y otra de arenaaaaaaa" también. ¿Eso vale? ¿Esa si la puedo escuchar?

3. Que sigas a grupos que cantan, unas veces más poéticamente que otras, que la vida es una ... mierda salvo cuando están de coca hasta las cejas...


Aunque lo pueda parecer, no estoy defendiendo un tipo de música, ni criticando otra. Simplemente estoy defendiendo el derecho a escuchar lo que más apetezca y criticando la intolerancia hacia determinados gustos musicales.

Quienes critican que otros escuchan música comercial o sin sentido, deberían pensar si los grupos que ellos siguen son altruistas y no estudian lo que les gusta a público...Antes de hablar de modas y fashion victims en lo que a música se refiere, buscar la viga en el ojo propio y reflexionar sobre si lo que reivindicamos como más personal y auténtico no será otra moda, otra forma de vender, otro público, otras estrategias...

Y lo más importante, sea como sea, ¿no se puede ser pija y escuchar música heavy? ¿Tan incompatible es ser culto y a la vez que te apetezca escuchar una música ligera y que no te haga pensar demasiado? ¿No tenemos derecho a que nos guste leer a Freud y el reguetón? ¿Tan incompatible es esto? Muchos pensareis que barro para casa, pero no os confundais...no soy para nada fan del psicoanálisis...

martes, 8 de enero de 2008

Entender el lenguaje no verbal

Según los psicólogos las mujeres son mejores que los hombres para interpretar el lenguaje no verbal, lo que delata nuestro comportamiento. Pero un nuevo estudio indica que la facilidad para leer a otros tiene más que ver con metas interpersonales.
En esta investigación se les dio a los participantes una tarea de “percepción interpersonal”. Los hicieron ver videos en los que se veía gente con comportamientos naturales en diferentes escenarios: situaciones de competición, engaño, amistad, estatus y relaciones íntimas. En cada video que veían los participantes tenían que tratar de averiguar qué estaba sucediendo. Por ejemplo, en la situación de engaño debían descubrir quién era el que estaba mintiendo. Cada respuesta era comparada con lo que realmente estaba ocurriendo.
Los participantes fueron divididos en tres grupos, pero todos vieron los mismos videos.
Antes de que vieran los videos, a uno de los grupos se le dijo que el experimento estaba diseñado para descubrir si los potenciales candidatos a un trabajo serían buenos trabajadores sociales. Con esto, los investigadores intentaban indicar a los participantes que pensaran que las mujeres, estereotípicamente, eran mejores para ese trabajo que los hombres.
Al segundo grupo se les dijo que la investigación era para descubrir potenciales interrogadores. Esto fue para activar el estereotipo de que los hombres serían mejores que las mujeres en este caso.
Y finalmente al grupo control, el tercero, no se les dio información sobre el contexto del experimento.
Los resultados mostraron que la gente interpretaba peor cuando se encontraban en la condición que era incongruente con las expectativas estereotípicas de su sexo. Así que cuando a las mujeres se les decía que era un test para interrogadores, no lo hacían tan bien como cuando no se les decía nada. Y lo mismo sucedía con los hombres, que interpretaban peor cuando se les dijo que el test era para trabajadoras sociales.
Entonces los investigadores concluyeron que las expectativas de género sexual tienden a reducir la calidad de interpretación del lenguaje no verbal, más que mejorarlo. Y que lo principal no es de qué género sea quien interpreta sino el contexto, y el poder que tienen los estereotipos que son capaces de afectar nuestra percepción del otro.


Referencias
Horgan, T., & Smith, J. (2006). Interpersonal Reasons for Interpersonal Perceptions: Gender-incongruent Purpose Goals and Nonverbal Judgment Accuracy. Journal of Nonverbal Behavior, 30(3), 127-140.

sábado, 5 de enero de 2008

La vida de Lina Medina

Fuente: http://javimoya.com/blog



Lina Medina no había cumplido cinco años de edad cuando los brujos del villorrio donde vivía —Antacancha, 450 kilómetros al este de Lima, la capital de Perú—, comenzaron a alarmarse: ¿Qué le estaba ocurriendo a aquella niña cuyo vientre no dejaba de crecer?
Mientras la pequeña le hacía mimos a su raída muñeca de trapo, uno de los shamanes fijó su mirada en el cielo, «estableció» comunicación con el más allá y, minutos después, hablaron por su boca los inefables dioses de Los Andes: «Lina tiene una culebra dentro de la barriga —masculló—. Hay que sacársela».
En medio de liturgias y aspavientos, sometió a la niña a varios de los ritos incas usuales en la cordillera sudamericana. Pero —¡ay!—, ninguno de los procederes funcionó. Cuando finalmente no quedó nada «divino» por hacer, Tiburcio se echó a su hija a cuestas y caminó durante dos jornadas en busca de un médico de verdad.
Al llegar al hospital de la ciudad de Pisco, distante 70 kilómetros de Antacancha, el doctor Gerardo Lozada (que aparece en la fotografía) se hizo cargo de los exámenes preliminares de Lina. La dimensión de su vientre fue lo que más le llamó la atención. «Puede que sea un fibroma», especuló, suspicaz.
Pero, luego de evaluar una, dos, tres, diez…, ¡cien veces! las pruebas clínicas de la cincoañera con el rigor exigido por las circunstancias, llegó a una conclusión que lo anonadó como médico y como persona. «¡No es un tumor, es un bebé de ocho meses lo que la niña lleva en su vientre!», le gritó al padre.

Efectivamente, a los dos años y ocho meses de edad, a Lina ya se le habían desarrollado los caracteres sexuales, tenía pechos, vello púbico y menstruaba. Su madre la mandaba a lavarse en el río cuando esto sucedía.

El 14 de mayo de 1939 -el día de la madre- nació por cesárea un bebé perfectamente sano, que pesó 2,700 kilogramos y medía 48 centímetros. Le pusieron de nombre Gerardo en honor al doctor que la asistía desde el principio. Con tan sólo cinco años, siete meses y 21 días de edad, Lina Medina acababa de convertirse en la madre más joven reconocida de los anales de la Médicina. Y así quedó registrado el record en la Academia Americana de Obstetricia y Ginecología.
Pese a que el mundo se encontraba inmerso en plena guerra, la noticia llegó hasta los últimos rincones del planeta y desplazó la atención sobre todas las informaciones bélicas durante días. Desde muchos países llegaron instituciones para ofrecer cantidades desorbitadas de dinero a cambio de exhibiciones como curiosidad científica en ferias. Cuando ya la familia había firmado un acuerdo de 1.000 dólares semanales con la compañía estadounidense Seltzer por estudiar el caso, el presidente del Perú Oscar Benavides lo impidió y dictó una ley para alzarse con la tutela de la precoz madre y de su hijo bajo la promesa (incumplida) de otorgar a ambos una pensión vitalicia.


Entretanto, madre e hijo eran mimados en la clínica donde se acogieron a internamiento durante 11 meses. Funcionarios, artistas, diplomáticos, comerciantes y hasta políticos los visitaban y los colmaban de regalos. Allí, Lina aprendió a leer y a escribir. Diarios de la época cuentan que la niña le disputaba al pequeñuelo la posesión de los juguetes.
Su hijo fue criado creyendo que era el décimo hijo de sus abuelos, pero a la edad de diez años se enteró de que Lina no era su hermana sino su madre. En 1979 (a los cuarenta años) murió de una rara enfermedad en la médula ósea.
Actualmente Lina Medina, que se casó a la edad de 33 años y tuvo otro hijo en 1972, vive con su marido en un degradado suburbio de Lima conocido por su peligrosidad como la “Pequeña Chicago”. Jamás llegó a cobrar nada del estado. Muy al contrario, en la década de los ochenta las autoridades locales derribaron su casa para construir una autopista, sin que aún les hayan indemnizado por ello.
No se sabe quién fue el padre del niño, ni si la niña había quedado embarazada debido a una violación. El padre de Lina, Tiburcio, estuvo preso varios días como sospechoso por ello. Cuando fue liberado, las sospechas recayeron sobre uno de los hermanos de Lina, retrasado mental, que también resultó absuelto. En Perú se llegó a creer que Lina era una especie de Virgen María, que había concebido sin pecado original, por obra y gracia del Espíritu Santo. Todavía hoy en el pueblo de Antacancha los pobladores creen que Gerardo fue hijo del dios Sol.

Efecto Barnum

El famoso empresario P. T. Barnum aseguraba que su circo tenía para ofrecer “algo a la medida de todos”. El psicólogo Paul Meeh propuso llamar “efecto Barnum” o de “convalidación subjetiva” a esa actitud crédula que lleva a ver o a interpretar datos ambiguos en función del deseo. Cuando alguien está predispuesto a ver algo que satisfaga sus expectativas,tendrá menos defensas que otro para dudar de una “prueba” por dudosa que sea.




Así, cualquier revista, horóscopo o adivinación nos dará una descripción que aceptaremos como considerablemente acertada si nos dice algo como:

Tienes la necesidad de gustarle a otras personas y de que te admiren, y con todo tiendes a criticarte. Aunque tienes algunas debilidades de personalidad generalmente eres capaz de compensarlas. Tienes una considerable capacidad que no has usado en tu beneficio. Disciplinado y autocontrolado en el exterior, tiendes a ser aprensivo e inseguro interiormente. A veces tienes serias dudas en si hiciste lo correcto o tomaste la decisión acertada. Prefieres cierta cantidad de cambios y variedad y llegas a decepcionarte cuando estás cercado por restriccciones y limitaciones. Te autoufanas también de ser un pensador independiente, y no aceptas las afirmaciones de otros sin pruebas satisfactorias. Pero has encontrado desaconsejable ser demasiado franco en darte a conocer a otros. A veces eres extrovertido, afable, y sociable, mientras que otras veces eres introvertido, cauto, y reservado. Algunas de tus aspiraciones tienden a ser más bien irreales.

Pero pongámonos serios. El denominado efecto Barnum también es un ejemplo de cómo el criterio clínico de un preofesional, aunque erróneo, puede ser aceptado como real por la misma persona evaluada.

Un informe psicológico (o de cualquier otra disciplina) tipo Barnum consiste en un informe de personalidad que realmente no corresponde con la persona a la que se le devuelve y que contiene términos muy vagos y generales, algunos términos técnicos, con frecuentes afirmaciones dobles, información favorable o moderadamente favorable, y verdadera de una gran muestra de la población.

Incluyen afirmaciones universalmente válidas del estilo de: el paciente experimenta ansiedad, la madre presenta una mezcla de sentimientos frente a la conducta de su hijo, el sujeto unas veces está enfadado y otras veces está contento, etc. El error se modera si cuantificamos nuestras afirmaciones o buscamos ejemplos para ilustrarlas. Desgraciadamente existe una tendencia en las personas, bastante generalizada, a aceptar los informes tipo Barnum




miércoles, 2 de enero de 2008

Los nuevos universitarios

Una vez más, utilizo los debates/conversaciones que tengo en mi vida "real" y que mantengo en mi cabeza en forma de rumiaciones durante días, para dar forma a las entradas del blog y de paso involucraros un poquito a vosotros.

Esta vez es un tema que nos atañe a muchos; seguramente a la mayoría de los que frecuentais este espacio...quiero hablar sobre los universitarios y el papel que desempeñamos en la sociedad.
La imagen de la universidad como punto de encuentro de jóvenes inquietos y activos socialmente ha pasado a la historia junto con los famosos "grises" y las imágenes de una España franquista o en transición...cual capítulo que se precie de Cuéntame.

Parece que hoy la Universidad ha dejado de ser un centro de reunión para quedarse en un mero centro de formación. Parece ser que los universitarios ya no tenemos ni conciencia ni compromiso sociales. Nos hemos convertido en la imagen de la pasividad social y del conformismo; en el mejor ejemplo del fenómeno de la dilución de la responsabilidad...
La participación colectiva cada vez se diluye y desaparece, y la lógica individualista del beneficio ha invadido todos los niveles de la sociedad, incluidas las universidades.
Estamos de acuerdo. Esto es así. Cada vez se movilizan menos universitarios como colectivo para promover mejoras, cambios o simplemente para hacerse escuchar.
Los jóvenes en general y parece ser que los universitarios en particular, son más inmaduros que generaciones anteriores...porque son más niños. Una gran mayoría de las personas que se incorporan a la Universidad cada año no experimentan la sensación de "adultez", de autonomía, lo que hace que la realidad sea totalmente ajena.
Se sigue viviendo en una burbuja en la que no tenemos responsabilidad alguna de actuar sobre el mundo, porque eso es algo de lo que se encargan los adultos...y nosotros no lo somos!!
Como en la cita de Juan Montalvo, "Desgraciado el pueblo donde los jóvenes son humildes con el tirano, donde los estudiantes no hacen temblar al mundo", parece desolador poner el peso "revolucionario" sobre la generación universitaria actual...Pero antes de echarnos las manos a la cabeza, analicémos qué está ocurriendo.
Algo ha cambiado, eso es verdad. Pero no caigamos en la trampa de "cualquier tiempo pasado fue mejor". De repente, la nueva perspectiva que nos facilita el poder ver las cosas desde otro momento histórico y con un par de décadas más, nos hace sesgar la recuperación de recuerdos en la memoria. De repente, toda la generación universitaria del franquismo corría delante de los grises...de repente todos los universitarios se manifestaban abiertamente, expresando ideales políticos y dándo una lección de compromiso social y de inquietudes, de aspiraciones, de lucha por una sociedad mejor...Pero parece improbable que ningún estudiante se limitara a vivir su existencia universitaria lo más tranquila y desapercibida posible. De hecho, los datos históricos parecen decir que muchos ciudadanos que se regocijan diciéndo lo valiente que fue su generación, se limitaban a preocuparse por aprobar los exámenes. Tan solo una proporción era realmente activa...
Cierto es que pertenecer a la universidad hace 25 años era pertenecer a un grupo mucho más "selecto" de lo que es ahora. Y cuando aumentas el tamaño de una población, inevitablemente incorporas muchas más posturas, más variabilidad, muchos grupos que pueden hacer sombra al activismo aún latente en muchos jóvenes...
Para ser realmente justos a la hora de debatir estas cuestiones, debemos tener en consideración que el contexto político y social de hace 25 años no es el mismo que el actual. Que la repercusión de una protesta estudiantil no es la misma, ni se juzga igual.
Hoy día tenemos una sobrecarga de información. Cualquier información permanece en nuestra cabeza unos segundos, para a continuación verse desplazada por un nuevo input. ¿Alguien conoce la última protesta estudiantil? ¿Por qué fue? No lo sabemos o no nos acordamos...y parece que nunca han ocurrido...y haberlas, las hay. Esto os lo aseguro yo.
Para terminar (esto se podría alargar hasta donde quisiéramos) querría puntualizar algo y romper una lanza en favor de mi generación. Hay muchos jóvenes muy válidos y muy comprometidos...
La Universidad ya no es un punto de encuentro...pero puede que éste no haya desaparecido; puede que tan solo se haya desplazado hacia otros sistemas, otras entidades u organizaciones.
Hay muchos jóvenes vinculados a organizaciones que promueven una vivencia de esta etapa de la vida de forma comprometida, significativa y más allá de los botellones.
Hay luchas por cambiar aspectos de la sociedad que no pasan necesariamente por la lucha política.
Hay instituciones que acojen a jóvenes comprometidos, que, además, tiene la ventaja de ser accesibles también para jóvenes no universitarios.
Por eso, me parecía justo no limitarme a criticar la pasividad de una parte de los jóvenes...sino defender también la existencia de un colectivo que lucha y actúa, pero que no se escuchamos, muchas veces, porque tapamos sus voces al entonar nuestras críticas.