martes, 16 de septiembre de 2008

Cuaderno en blanco

Creo que alguien puede reconocer el momento exacto en el que empieza a superar un desengaño amoroso. Es una sensación...una especie de señal.
Se siente algo parecido a lo que yo llamo "Día de estreno de material escolar".
Me explico. ¿Recordais cuando érais pequeños y empezaba el colegio? Yo recuerdo especialmente la sensación de abrir un cuaderno nuevo...Con las pastas nuevecitas y las páginas en blanco...Sobre todo el hecho de que estuviera en blanco. Pues es algo similar. Una forma distitna de ver e interpretar la situación.

Se trata de esa sensación de comienzo; de que, tras un verano de recuperación, se presentan ante tí nuevas páginas donde empezar a escribir desde cero...

En aquel entonces infantil, una formulaba porpósitos -en plan año nuevo-. "Esta vez, dejaré márgenes bien cuidados; utilizaré los colores correctamente: el verde para el enunciado, azul para el ejercicio y el rojo para las correcciones...Bueno, !qué digo!¡Nada de correcciones! Este año voy a tener tanto cuidado que no va a haber nada de tinta roja en mi recién estrenado cuaderno..."


Lamentablemente, de nuevo, tal y como ocurre tras el 1 de enero, los propósitos quedaba ahi...en propósitos. Siempre había algún margen torcido, algún día que olvidaba el bolígrafo verde en casa...y sobre todo...asumí que era imposible evitar el color rojo, pero que a fuerza de equivocarse es como una crece y aprende.

Sin embargo, a pesar de todo ello, te sientes casi omnipotente con la sensación de estreno.

A algunos les pasa con unos zapatos nuevos o al salir de la peluquería con un corte de pelo moderno y algo radical...
A mí me pasa cuando siento la sensación de estreno frente a ese cuaderno en blanco, en forma de nueva oportunidad.

domingo, 14 de septiembre de 2008

La historia del burro

Había una vez, hace muchos años, un matrimonio con un hijo de doce años y un burro. Decidieron viajar, trabajar y conocer mundo. Así, se fueron los tres con su burro.

Al pasar por el primer pueblo, la gente comentaba: "Mira ese chico mal educado! Él arriba del burro y los pobres padres, ya mayores, llevándolo de las riendas!".

Entonces, la mujer le dijo a su esposo: "No permitamos que la gente hable mal del niño." El esposo lo bajó y se subió él.

Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuraba: "Mira qué sinvergüenza ese tipo! Deja que la criatura y la pobre mujer tiren del burro, mientras él va muy cómodo encima!".

Entonces, tomaron la decisión de subirla a ella al burro mientras padre e hijo tiraban de las riendas.
Al pasar por el tercer pueblo, la gente comentaba: "¡Pobre hombre! Después de trabajar todo el día, debe llevar a la mujer sobre el burro! Y el pobre hijo, ¡¿qué le espera con esa madre?!".

Se pusieron de acuerdo y decidieron subir al burro los tres para comenzar nuevamente su peregrinaje.
Al llegar al pueblo siguiente, escucharon que los pobladores decían: " ¡Son unas bestias, más bestias que el burro que los lleva, van a partirle la columna!"

Por último, decidieron bajarse los tres y caminar junto al burro. Pero al pasar por el pueblo siguiente no podían creer lo que las voces decían sonrientes: "¡Mira a esos tres idiotas: caminan, cuando tienen un burro que podría llevarlos!"

Conclusión: Siempre te criticarán, hablarán mal de tí y será difícil que encuentres alguien a quien conformen todas tus actitudes. Entonces: ¡vive como te parezca!, haz lo que te dicte el corazón. Una vida es una obra de teatro que no permite ensayos... Por eso: canta, rie, baila, ama, y vive intensamente cada momento de tu vida... ....antes que el telón baje... y la obra termine sin aplausos.

(Charles Chaplin)

sábado, 13 de septiembre de 2008

Un universo de pequeñas cosas

He aquí la letra de una de las canciones, a mi parecer, más bonitas y que, en consecuencia, marcaron mi adolescencia...por si a alguien le sirve para leer con la mirada limpia -sin prejuicios- las letras de, al fin de cuentas, un gran compositor... :-)

Porque hay estrellas que brillan pero no se ven
y existe gente que nunca llego a conocer aunque los pueda ver
Son los azules heridos del amanecer
que se desprenden del cielo, arañandome...
arañandote; arañandote.

Hay un universo de pequeñas cosas
que solo se despiertan cuando tu las nombras.
Todo lo que es bello está esperando tu mirada
Tengo una caricia que sin tí se me derrama.

Hay un universo hecho de pequeñas cosas
que vuelan sobre tu cabeza si las soplas.
Hay atardeceres que no acaban de ponerse;
hay un mar entero resumiendose en tu boca.

Y yo te juro vida mia que no surqué...
preguntale a tu piel
¿ya no te acuerdas? compañerita mia cuando te hable de mi universo ¿ves?
No me creias...¿no?
que existen los rincones...
donde el amor esconde...

Todo un universo de pequeñas cosas
en el esta esperando ella de una nube a otra
no hay un promesa que resista aquellas dudas
no hay una caricia que le pueda a aquella luna

Y yo te juro vida mia que desde ayer
la luna esta, esta en tu piel
yo te lo juro vida mia, te encontrare
junto al espacio aquel
tu y yo y el cielo, el cielo
que existen los rincones
donde el amor esconde.

Porque hay estrellas que brillan por ahi...lo se
y existen sitios que nunca pude conocer.
Por eso ven a ver
conmigo el sol aquel de plata salpicandonos los mares...
de plata salpicandonos...los mares...
de pequeñas cosas.

Hay un universo de pequeñas cosas
en el que los amargos trenzan flores pa adornar fronteras
Hay una mirada que susurra a mis espaldas
cuando los secretos o se dicen o se callan

Si yo te juro vida mia
que puedo hacer
de este universo para ti uno bien
y tu me juras vida mia
que puede ser
tu, y yo y el cielo, el cielo, aquel

Y yo te juro vida mia que puedo hacer
de este universo para ti uno bien
y tu me juras vida mia
que puede ser
que existen los rincones,
las tardes se ponen

Porque hay estrellas que brillan pero no se ven
y existen sitios que nunca pude conocer...

viernes, 12 de septiembre de 2008

El leñador tenaz

Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera.
El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel.El primer día se presentó al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque.
El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar. En un solo día cortó 18 árboles.

- Te felicito -le dijo el capataz -. Sigue así.

Animado por las palabras del capataz, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó bien temprano. A la mañana siguiente, se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de 15 árboles.

- Debo estar cansado - pensó.
Y decidió acostarse con la puesta de sol.Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de 18 árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad.
Al día siguiente fueron 7, luego 5, y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol. Inquieto por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento.

El capataz le preguntó:
- "¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?".
- ¿Afilar? No he tenido tiempo de afilar: he estado demasiado ocupado talando árboles.¿De qué sirve, empezar con un enorme esfuerzo que pronto se volverá insuficiente? Cuando me esfuerzo, el tiempo de recuperación nunca es suficiente para optimizar mi rendimiento.

Descansar, cambiar de ocupación, hacer otras cosas, es muchas veces una manera de afilar nuestras herramientas. Seguir haciendo algo a la fuerza, en cambio, es un vano intento de reemplazar con voluntad la incapacidad de un individuo en un momento determinado.

Este pequeño relato de Jorge Bucay siempre me ha gustado, pero desde que lo encontré plasmado en la primera página de mis apuntes PIR, se ha convertido en una lección a tener muy presente en una etapa como esta.
Dedicado a mis chicas MIR, PIR y FIR que sé que me siguen, leyéndome de vez en cuando. Porque compartimos obsesiones, preocupaciones y meta.
Por no perder en ningún momento el sentido de la responsabilidad, pero sin olvidar que el descanso, en todos los sentidos del término, es igual de importante que el esfuerzo y la tenacidad.
Porque, como me dijo cierta compi...hay vida más allá del ...IR.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

“Cada olla tiene su tapadera”

“El alma gemela”, o “tu media naranja”...
La pareja ideal, el alma gemela...esa persona que al parecer (y según los escritos antiguos encontrados en las carpetas de algunas adolescentes) pertenece a la otra mitad del angelito que cayó del cielo y fracturó su corazón en dos al aterrizar en la Tierra...
Todas estas leyendas sobre el amor hacen más mal que bien.
Por supuesto que queda mucho más bonito decirle a alguien: “eres mi media naranja”, que abrumarle con un: “eres la persona más compatible conmigo que las circunstancias han puesto en mi camino y con la que coincidí, casualmente, en enamorarnos mutuamente...”. Pero, seamos realistas, ¿cuál de las dos afirmaciones es más cierta?

En contra de todo lo que podemos clasificar como concepción romántica, es poco plausible pensar que solo existe una persona perfecta para cada uno de nosotros. Porque, en ese caso ¿los dos pedazos de angelito cayeron próximos el uno del otro? Sería una verdadera putada que mi otro pedazo estuviera en Nueva Guinea Papua...o si yo nací en Zaragoza y me mudé a Cádiz porque trasladaron a mi padre...o peor, trasladaron a la persona portadora de la otra mitad de mi alma...Eso significa que mis padres –y en última instancia los jefes del mismo- me habrían condenado irremediablemente a la soledad más profunda o, en el mejor de los casos, a compartirla con otro desemparejado en similares circunstacias...
Nos guste o no y vaya en contra de la lección Disney que vaya, parece mucho más plausible el hecho de que no exista una sola persona para cada uno de nosotros. Esto, que parece más frívolo y pesimista no nos gusta. No porque la otra opción sea más bonita, sino que es más fácil.

El que nuestras posibles historias de amor estén regidas por un principio de incertidumbre, nos descoloca...nos enfada. Nos da rabia no estar destinadas a una persona en concreto porque eso lo hace todo mucho más complicado.
El sabernos autores de nuestro destino no nos permite delegar la responsabilidad de las decisiones en algo etéreo... algo ajeno a nosotros.
Perder a alguien jamás será nuestra culpa, simplemente será el destino...Una relación buena no debe requerir esfuerzo de ningún tipo...con el alma gemela todo es fácil y natural...No hace falta que nos movamos para encontrar el amor...¡él vendrá a buscarnos!
Y qué decir de las rupturas. Cuando hemos estado enamorados de alguien a quien consideramos nuestra alma gemela, tratamos de aferrarnos a ella pase lo que pase, ante la posibilidad de no volver a encontrar el amor en alguien que no sea su personificación... Ese miedo a no volver a amar o ser amado, se lo debemos a la concepción de la media naranja. A todos aquellos y aquello que nos ha dicho siempre que solo existe una persona para nosotras.

Y, queridos, nos guste o no nos guste y aunque suene casi despiadado, en el amor no hay nadie irremplazable.

Uno se enamora de alguien porque unas circunstancias determinadas han propiciado que sea así. No quiero decir que cualquiera pueda ser pareja de uno/a. Evidentemente, para que la relación funcione, se han de cumplir unos requisitos determinados, es necesaria la existencia de un perfil a modo de compatibilidades, aficiones, afinidades...
Me refiero a que no creo que exista un solo amor; no creo que nada nos guíe hacia la persona perfecta...creo que se puede amar más de una vez. Que la persona perfecta no existe per se, sino que la hacemos. Que un amor requiere esfuerzo, requiere trabajo para conseguir “encajar” las dos almas. Y todo lo demás es una excusa para deshacernos de la responsabilidad que nosotros mismos tenemos en la construcción de nuestra propia historia de amor...

Además, el destino, si es que existe, debe tener asuntos mucho más importantes que atender que el encontrar una tapadera para cada olla...

martes, 9 de septiembre de 2008

Hoy he aprendido...

Que nadie es perfecto hasta que te enamoras de él.
Qué solo los mejores amigos tienen derecho a opinar sobre la vida del otro.
Que la única razón válida para dar un consejo es que te lo pidan.
Que las riendas más difíciles de llevar son las de la propia vida.
Que es mejor tratar de hacer algo y fracasar en el intento; que tratar de no hacer nada y conseguirlo.
Que a veces el silencio es mejor opción que la verdad.
Que las oportunidades no se pierden...las que uno deja marchar, siempre las aprovecha otro.
He aprendido...que una sonrisa es un modo económico para mejorar el aspecto.

lunes, 8 de septiembre de 2008

El verdadero valor del anillo

Un joven concurrió a un sabio en busca de ayuda.
- Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar maestro?. ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
- ¡Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mis propios problemas. Quizás después... Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
- E... encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas-.
- Bien -asintió el maestro-. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho agregó: Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo para pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa
moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.
En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, así que rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado - más de cien personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.
¡Cuánto hubiese deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y su ayuda.

- Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir 2 ó 3 monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
- ¡Qué importante lo que dijiste, joven amigo! -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo?. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

- Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
- ¿¿¿¿58 monedas???? -exclamó el joven-.
- Sí, -replicó el joyero-. Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... Si la venta es urgente...

El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

- Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo:
una joya única y valiosa. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.


Jorge Bucay

domingo, 7 de septiembre de 2008

Cómo quitarte a ese hombre de la cabeza sin cortarte el pelo

Así que el canalla te dejó. Te abandonó, se ha ido. Es historia.
Te sientes mal. Muy mal.
Quieres saber: ¿Puedo hacer algo para sentirme mejor? Cualquier cosa que no agregue diez centímetros a mis caderas y que no me ponga inconsciente.
La respuesta es sí. He aquí una serie de pautas a seguir:

Consejo número 1: Di: “¡Debí haberme casado con Pepe!”
Llamémosle Pepe o X. Pepe es el hombre amable, considerado, cortés y puntual al que le encantaba celebrar los aniversarios. Es ese hombre amable con nuestros amigos, que regala flores y enviaba cartas de amor. Pepe es simpático y atento. Es una persona de la que echamos de menos sus atenciones pero que cuando estás con él, tiendes a concentrarte en otras cosas y olvidar casi cualquier cosa que dice.
Pepe, a fin de cuentas, es el hombre al que dejaremos aparcado en cuanto conocemos a un capullo en una discoteca.
Supongo que quien más y quien menos ha tenido un Pepe en su vida. De modo, que, como primer paso repite “Debí haberme casado con.....”
Ahora que tienes el consuelo de saber que alguien que estuvo muy enamorado de ti quiso casarse contigo, puedes pensar en la forma de reponerte del capullo que no quiso.

Consejo número 2: Deshazte de todo lo que te lo traiga a la memoria
Mete todas sus cosas en una caja. Reúne todo lo que te recuerde a él. Las cartas, las notitas, la televisión portátil que le regalaste, el peluche que te compró por tu cumpleaños, las fotos, las entradas del cine que guardas...
Mete todo esto en la caja –excepto la televisión si todavía funcional- y resérvala. La necesitarás para el siguiente paso.

Consejo número 3: Sufre
Pasa las siguientes 24 horas sumida en tu sufrimiento y autocompasión. Sumérgete en sus recuerdos.
Toca todos los cds y dvds que te recuerden a él.
Prepara su bebida favorita y bebe, evocando la última vez que os emborrachasteis juntos.
Examina todas y cada una de las cosas que metiste en la caja. Lee todas las cartas, tarjetas, notitas o sms, huele la camiseta que aún te parece a ti que huele a él...
Catorce o quince horas después, empezarás a sentirte inquieta y te preguntarás si ese tipejo merece tanto sufrimiento tuyo.
Si consideras que sí lo merece, entonces llora otra hora y 45 minutos.
Vas a considerar la idea del suicidio, pero luego recordarás que aún no has estrenado esos zapatos de taconazo impresionante que reservabas para un acontecimiento especial, de modo que todavía tienes algo por qué vivir.
Al final de las 24 horas, te habrás quedado dormida, aburrida.

Consejo número 4: Modifica tu comportamiento
Es lo que los psicólogos llaman “modificación de conducta”. Consiste en lo siguiente: busca algo realmente desagradable...Puede ser escuchar una canción de el Chivi o depilarte las ingles a pinza..
Una vez hecho esto, el resto es realmente sencillo. Cada vez que pienses en él, cada vez que lo recuerdes, corre a efectuar el castigo escogido. (Como recomendación, algo como la canción resulta mucho más sencillo y menos escandaloso cuando se va por la calle que la depilación de las ingles...)
Si te castigas de esta manera, dejarás de pensar en él antes de que termines el disco “De cantautor a pornoautor”.

Consejo número 5: Aprende a hacer frente al cuarteto VICE
El cuarteto VICE es el término que han inventado las expertas para cubrir los cuatro elementos básicos del corazón decepcionado: venganza, ira, celos y envidia.
Venganza: La venganza es la más sana de esas sensaciones y debe fomentarse siempre. Dedica mucho tiempo a planearla. Aunque nunca llegues a consumarla, resulta muy satisfactorio imaginar que lo haces.
Ira: La ira es una emoción difícil de controlar, tanto que los profesionales de la salud mental viven de ello...Emil Lohutten decía “si a mis pacientes no les costara tanto trabajo controlar su ira, yo no podría comprarme un BMW...”
Celos: Los celos son la emoción a la que más acostumbradas estamos. Desde nuestro nacimiento se nos enseña a tener celos de nuestras prójimas. Desde la primera vez que intentamos asfixiar a nuestra hermanita, hasta hace cinco minutos, cuando pensamos seriamente en ponerle una zancadilla a la rubia delgada que hacía cola delante de nosotras en el mercadona...
Envidia: Este es el sentimiento que más tratamos de negar. Nos decimos que no envidiamos la vida de los demás, que estamos por encima de eso...
Esto, por supuesto, es una gran mentira. Deberíamos aprender a expresar la manera en que realmente somos, emulando a la heroína más legendaria del mundo, que dijo “Rhett, todo el mundo se pondrá verde de envidia cuando vea nuestra casa...Quiero que todos los que me han tratado mal, se sientan mal”.
¡De acuerdo, señorita Scarlett!


Adaptado de "Mujeres en busca del amor"

¡Renovarse o morir!

Y predico con el ejemplo. No soy de las que hablan sobré sí misma o sobre los cambios que voy haciendo en el blog...pero esta vez voy a hacerlo; no se si como excepción o como el inicio de una nueva etapa de éste...ya sabéis...son etapas J
He cambiado el color del fondo...de repente el negro me parecía demasiado...a falta de una palabra mejor, casi diría que demasiado oscuro. Lo diseñé así inicialmente para que fuera neutral, para que no dijera nada a priori sobre lo que se podía leer en él. O al menos, eso pensaba yo. Ahora creo que decía mucho más de lo que yo quería creer.
Así que, ¡lavado de cara! Creo que aún no estoy preparada para poner un amarillo chillón, jeje, pero el morado me sirve por el momento.
En cuanto al dibujo, ya era hora de hacerle un huequecillo en este mundo a la mítica Mafalda, como un pequeño homenaje y guiño al fantástico Quino, de quien, a fin de cuentas tomé prestado el nombre de Esto no es Todo...
Y nada más. Comenzada la temporada otoño-invierno, comienzan las rutinas; incluida la de mantener más activo el blog. Por tanto, queda inaugurada la nueva temporada de EstoNOesTODO,amigos.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Cómo encontrar novia

El hijo mayor de Nasrudín buscaba esposa.
- ¿Qué cualidades buscas?- preguntó Nasrudín al joven.
- Inteligencia más que belleza -replicó el joven.
- Si es así -dijo el mulá-, tengo una manera excelente para encontrar la novia perfecta.
Dijo al joven que le siguiera y fuero a la ciudad. Cuando llegaron a la plaza principal, Nasrudín empezó a abofetear a su hijo y a gritar:
- ¿Cómo te atreves a hacer exactamente lo que te digo? ¡Éste es el castigo para el que obedece!
- ¡Déjale!- le recriminó una joven-. ¿Cómo puedes pegarle por ser un hijo modelo?
- Sin duda ésta es la mujer para mí, padre- dijo el hijo de Nasrudín.
- Mejor tener dónde elegir- contestó el mulá, y le propuso ir a la ciudad vecina. Allí representó exactamente la misma escena, pero esta vez una joven empezó a vitorearle.
- ¡Muy bien hecho! ¡Pégale! Sólo un loco obedece ciegamente.
- Hijo -dijo Nasrudín con una sonrisa-. creo que te hemos encontrado una novia inteligente.

Idries Shah: El mundo de Nasrudín